Si tu perro está muy cariñoso contigo últimamente y quiere que lo acaricien todo el tiempo, ten cuidado. A los perros hay que darles mucho amor, por supuesto, pero también hay que enseñarles a tener su espacio a que lo respeten y lo cuiden. No siempre responder a su cariño con más cariño es bueno para ellos.
Este artículo lo estamos escribiendo durante el confinamiento por el coronavirus en España. Unos días y semanas que nos ponen a prueba. Los perros tienen que pasar más tiempo en casa y nosotros hemos de entretenerlos, relacionarnos más con ellos y ayudarles a gastar la energía que tienen dentro.
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El problema es que si nosotros mismo no somos capaces de entretenernos por nuestra cuenta y abusamos de tirarnos en el sofá acariciándolos o dedicándoles toda nuestra atención, ellos luego demandarán más y más cariño hasta tener un cambio de actitud.
En abril o mayo, cuando la cuarentena por el coronavirus pase, volveremos a nuestro día a día, a nuestros trabajos y a nuestras rutinas. Ellos volverán a tener que quedarse solos en casa tras un largo periodo de mimos excesivos y atenciones. Y hay que tener cuidado, porque tu perro podría sufrir un caso severo de ansiedad por separación llegado el momento.
En primer lugar, tienes que comprender que para los perros todo es rutina. Como sus cuidadores, hemos de aprender a ‘programar su cerebro’ para la mejor rutina para ellos. Esto implica la hora de juegos, la de paseo, la de descansar, la de comer… No podemos alterarla, hemos de ser firmes.
Con la llegada del confinamiento de coronavirus, esto no puede cambiar. Es bueno que mantengas un rato para que él siga jugando solo con sus juguetes y tú trabajes o te entretengas, otro rato para que estés con él, otro para pasear, etc. No abuses de los paseos porque cuando esto pase te pedirá más.
Si no sigues estas recomendaciones, notarás cambios en su actitud como por ejemplo que se quiera sentar más a tu lado y reclame más y más atención. Pasados unos días, de repente, habrá un día en el que no puedas estar con él o quieras hacer otra cosa. Romperás la rutina y él se extrañará. En función de su personalidad, podrá actuar de dos formas:
Puede que, frustrado, tu perro se enfade. No entenderá qué ha pasado, qué ha cambiado o qué ha hecho mal. Toda esa energía que descargaba jugando contigo se volverá en ira y puede llegar a mostrarse algo agresivo. De nuevo, te tocará establecer una nueva rutina y lograr que comprenda que es la adecuada usando refuerzo positivo y mucha paciencia.
Si no cortamos en seco los primeros comportamientos agresivos y dejamos que siga como si nada, puedo que pase de la agresividad a tener comportamientos extraños por culpa de la ansiedad y del estrés que toda esa energía desencadena en su cuerpo.
Es frecuente ver cómo muchos cuidadores comparten vídeos de sus perros teniendo estos comportamientos, pero no son divertidos porque lo que sus perros están haciendo es buscar una vía para desgastar esa energía acumulada que tu exceso de atención le ha provocado.
En función de todo lo que te hemos contado, lo que hay que hacer es:
La moraleja con la que te has de quedar de este artículo es que un perro no ha de tener cambios bruscos de personalidad. Si notas que está muy triste de repente o muy ansioso, además de por una cuestión psicológica, también puede deberse a una cuestión de salud. Consulta siempre con tu veterinario ante la más mínima duda.
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