En el famosísimo e icónico libro Don Quijote de la Mancha se hace referencia a un perro, a un galgo corredor. Sin embargo, ¿tenía perro Don Quijote o no? Es una pregunta extraña si no habéis leído el libro o si no conocéis su historia, qué trata o cómo la quiere contar. Don Quijote es un libro tan celebrado por lo modernísimo que resulta.
Mezcla el sueño, la burla, lo irreal con la fantasía. Es una sátira que se burla de lo heroico para mostrar al hombre y al héroe como lo que son: humanos y mortales. Es por ello que el texto juega al despiste, incluso con la figura del perro. Hay quien defiende que, en efecto, Don Quijote sí tenía perro, pero, otros, insinúan que la figura del galgo corredor es una metáfora para referirse a que era alguien pillo, astuto y hábil.
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«Galgo» es la forma a la que se refiere al perro que lo acompaña en sus cacerías. Podemos verlo ya no solo en el libro, también en los antiguos tebeos sobre el personaje. Al tener que recurrir a la imagen y ser un tebeo dedicado a niños, resulta más fácil desentrañar la historia y distinguir la realidad de la fantasía.
Pero sea una figura ficticia, una metáfora de su talento o un perro en realidad, se apela a ese galgo corredor, a una raza de perro cuyas características, naturaleza y cuidados describiremos a continuación en caso de que te plantees adoptar a uno.
El galgo era una raza de perros, autóctona española, muy empleada en la caza de la liebre. Destacan por su cuerpo, que es fino y fibroso, perfecto para alcanzar grandes velocidades y tener un arranque de carrera espectacular.
Estas características no es que hayan jugado a su favor a lo largo de su historia. Desgraciadamente, muchos galgos han sufrido abusos y han sido torturados y drogados para participar en carreras.
Tras los malos tratos, llega el abandono y el hospedaje en una protectora. Es por ello que si te encuentras a un galgo que necesita un hogar, sé especialmente cariñoso. Es posible que lo haya pasado muy mal. Lo importante es darles su espacio, no forzar las cosas, ir poco a poco y esperar a que sea él el que vaya a ti.
Que no haya gritos en casa, no hagas movimientos bruscos cerca de él , establece una rutina estricta pues les da seguridad y da largos paseos. Poco a poco, empezará a quererte.
Aunque un galgo tenga aspecto de independiente o de fiero, lo cierto es que son perros juguetones, muy sociables y con ganas de moverse. Son buenos para vivir en familia, pero solo si te gusta salir a la calle, socializar y hacer deporte. Un galgo es una raza que siempre has de llevar con correa, pues puede echar a correr tras una presa y desaparecer.
Es por ello por lo que necesitan mucho ejercicio y movimiento, más que otros perros, para poder llegar a casa, quitarse el estrés de encima, dormir y comer bien. Este es otro motivo por el que los galgos son abandonados, porque necesitan a un cuidador acorde a sus necesidades.
Los galgos no son violentos; es más, son muy cariñosos y siempre te estarán pidiendo jugar, correr y disfrutar a tu lado. Se adaptan muy bien a los nuevos espacios a los que llegan, por lo que pueden vivir perfectamente en un piso pero siempre que satisfagan sus necesidades energéticas.
Es decir, si solo puedes hacerle caso 10 minutos al día o solo 20, lo mejor es que te plantees adoptar otro perro. Un galgo necesitará mucha, mucha actividad.
Un galgo puede llegar a vivir hasta los 16 o 17 años, en función de lo bien que viva, si come bien y si no ha sufrido enfermedades. Hay casos de galgos que han llegado a la veintena, pero no es lo común. Un galgo es cachorro hasta el medio año de vida y seguirá creciendo hasta el año.
Una vez pasado este periodo, verás cómo se va volviendo más fuerte hasta los tres años. Llegados a este momento, no crecerá más. Cuando llegue a los 8, 9 o 10 años, ya puedes considerarlo senior, por lo que tendrás que cuidarlo especialmente bien, vigilar que no esté en corriente y moderar la actividad física.
Los galgos son uno de los pocos perros que son capaces de sonreír. Lo curioso es que solo les sonríen a otros humanos, porque han aprendido a interpretar, con el paso de los años, que es un gesto que relacionamos con la paz y la felicidad. Así que si tu galgo sonríe, algo estás haciendo bien.
Como ya te habrá quedado claro, Don Quijote no podría haber escogido un compañero mejor. Recuerda que adoptar a un galgo es salvarle la vida, sobre todo porque son una raza históricamente maltratada. Dales mucho cariño y muchas horas de juego.
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